Por muy lejos que llegue esta noticia, mucha gente la pasará por alto porque »Es solo un perro». Pero para aquellos que se encargaban de cuidarlo ha sido un golpe muy duro.

Con solo 10 meses Nor ya había sido abandonado y acabó en la perrera de La Rioja en riesgo de sacrificio. Gracias a Asociación Ocho Vidas consiguió salir de allí y, además de darle la atención veterinaria necesaria, estaban intentando encontrarle un hogar definitivo.

Pero esto no ha sido posible, y todo por culpa de la diversión de unos pocos… Los cohetes lanzados desde las 12 de la noche hasta casi las 4 de la mañana en Nájera hicieron que el corazón de Nor no pudiera aguantar.

¡¿Hasta cuándo?! ¡¡Estamos hartos!! 

Nor solo era uno más de los que sufren con ellos. Muchas personas han pasado la noche en casa con su perro viéndolo aterrorizado, intentando ayudarle sin poder hacer mucho porque los cohetes no paraban.

Algunos sufren temblores, taquicardias, dificultades respiratorias y otros, como el pequeño Nor, no pueden resistirlo y acaban sufriendo un paro cardíaco.

Pero esto no se limita a los días como noche vieja. Hace unas semanas no pudimos salir a la calle a pasear a Lucca porque unos niños, que posiblemente no tuviesen ni la edad necesaria para tener acceso a ese tipo de petardos, estuvieron dos horas lanzándolos.

Y eso no es todo. Puede que mucha gente no piense ni un segundo en los animales o les den igual, pero estos ruidos también afectan a muchas personas.

La gente mayor, convaleciente o con discapacidad se puede ver muy afectada por los ruidos de petardos y cohetes. Muchas personas con autismo, que tienen una sensibilidad auditiva mucho mayor, se ven muy afectadas llegando a sufrir crisis de ansiedad.

¿Se puede permitir que haya gente que se divierta a costa de los demás? ¡Hace falta una regulación al respecto ya!

por Celia

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